Circunstancias desconcertantes se anteponen ante mi, inundadas de voracidad mental.
Se disputan mis decisiones, confrontando con mi ley.
Y a dónde ir, seguir o estar, mientras estas locas ideas no me dejen avanzar. Silencio atroz.
Sollozos, penas y una carcajada que corrompe mis lamentos.
Escuchar luego de ya pasada las mil repeticiones, esa melodía, aunque insignificante para muchos, me calma en forma colosal.
Y luego nada, mente en blanco, vendedores ambulantes, gente atolondrada atropellándose al pasar.
Más tan solo vuelve el reflejo de unas lágrimas, colisiona con el revuelo sereno de esta sonrisa y simplemente por añadidura, he aquí la magia. Arco iris otra vez.
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