29.12.12

Se descarrilaron los planes.

Vos fijate que ese día, al momento del accidente la que tenía que estar ahí era yo.
Bueno, convengamos que suelo suponer mucho sobre historias no habidas o encuentros perdidos...
Es que me cuesta pensar  que las cosas solo suceden de tal o cual manera.
El problema surgió a la mañana. Se descarrilaron todos los planes, el día perdió las pautas y terminamos decodificando al estilo de mamá.
Chau viaje al centro, chau compra de libros, adiós a los discos nuevos.
Me remití a pasar el secador por el living y unos trapos en las habitaciones -con los claros impedimentos de una ama de casa bajando línea de cómo hacerlo- situada en ese nuevo carril.
Después todo marchó como cotidianamente.
Claro que estuve tirada escuchando a Ella Fitzgerald en vez de bajando del subterráneo en la estación Uruguay....
En fin... había pensado en salir a tomar aire por la tarde, luego de una siesta ( empezar a leer un nuevo libro me produce un efecto de somnífero).
De repente eran las 6 de la tarde y desperté más cansada que cuando perdí la consciencia (los efectos secundarios del somnífero).
Al rato -cuando debería haber estado bajando del subterráneo en la estación Lacroze,o muriendo en el accidente- se cortó la luz.
 Perdí toda esperanza de visitar la plaza y mi vida siguió normalmente, como cuando no sigo el transcurso que debiera y en vez de pisarme el tren que vendría de Lemos -o darle aviso al desdichado e impedirle cruzar las vías(para despreocuparse de convertirse en tal cosa)- me sumerjo en la guitarra, como cada dichosa tarde de mi vida.

26.12.12

Carta en vano a Valentín.




La lluvia nos había moldeado creando nuevos universos.
 Separados por algunas calles comenzamos viaje hacia el encuentro.
 Yo tan observadora, vos tan distante, eramos tan París y tan Buenos Aires...
 Un centenar de gotas se abrió  paso en la tierra formando charcos en mi camino, y sin querer queriendo me desvié y se cruzaron dos guitarras. Vos no sabías, pero mi París estaba abierto a la percepción. Te vi. Por un instante fuimos dos extraños caminando, justificando las miradas con vagas palabras. Me mostraste ese muro que decía "Si crees que eres libre, es porque no haz volado tan alto como para chocarte con las rejas". Tengo el nublado recuerdo de tu imagen diciéndome que pronto nos volveríamos a ver. Después subí al colectivo, pero algo en mí sabía que lo que nos esperaba era un eterno desencuentro, un saludo a contramano.
Todo fue culpa de la lluvia. Mía también,no debí estar allí.