29.12.12

Se descarrilaron los planes.

Vos fijate que ese día, al momento del accidente la que tenía que estar ahí era yo.
Bueno, convengamos que suelo suponer mucho sobre historias no habidas o encuentros perdidos...
Es que me cuesta pensar  que las cosas solo suceden de tal o cual manera.
El problema surgió a la mañana. Se descarrilaron todos los planes, el día perdió las pautas y terminamos decodificando al estilo de mamá.
Chau viaje al centro, chau compra de libros, adiós a los discos nuevos.
Me remití a pasar el secador por el living y unos trapos en las habitaciones -con los claros impedimentos de una ama de casa bajando línea de cómo hacerlo- situada en ese nuevo carril.
Después todo marchó como cotidianamente.
Claro que estuve tirada escuchando a Ella Fitzgerald en vez de bajando del subterráneo en la estación Uruguay....
En fin... había pensado en salir a tomar aire por la tarde, luego de una siesta ( empezar a leer un nuevo libro me produce un efecto de somnífero).
De repente eran las 6 de la tarde y desperté más cansada que cuando perdí la consciencia (los efectos secundarios del somnífero).
Al rato -cuando debería haber estado bajando del subterráneo en la estación Lacroze,o muriendo en el accidente- se cortó la luz.
 Perdí toda esperanza de visitar la plaza y mi vida siguió normalmente, como cuando no sigo el transcurso que debiera y en vez de pisarme el tren que vendría de Lemos -o darle aviso al desdichado e impedirle cruzar las vías(para despreocuparse de convertirse en tal cosa)- me sumerjo en la guitarra, como cada dichosa tarde de mi vida.

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