24.11.15

El llanto fue mi mejor desmaquillante.

Con cada lluvia van pasando las gotitas, 
borrando gestos, risas, té caliente
 y galletitas (con mermelada de durazno).
Cada gota de dolor va suprimiendo con paciencia aquella ausencia
 tan punzante y permanente que no ha dejado de acecharme:
 En las naranjas que me aconsejó
 para evitar resfriados,
 en cada vez que crucé la calle igual,
porque me dijo que si el conductor me veía no me iba a pisar. (etcétera)
Cae un vaso de cerveza,
 llueven las gotas destiñiendo sombreros, y muchos, duros momentos. 
¿Cuál es la medida de agua y de lavandina, la justa y necesaria para desintegrar en una sola pasada, kilómetros de ruta de esta memoria tan aplicada?
Vienen y van por mis ojos, en mis manos, recuerdos como pinturitas...
 El llanto fue mi mejor desmaquillante,
fue pasajera su visita...
 Ya no hay nada por borrar.

5.11.15

Hasta cuándo?

Un florero se rompe. Alguien lo reconstruye, uniendo de a uno los pedazos que lo forman. Cualquiera pensaría que, pese a las cicatrices,es un florero otra vez. Sólo quien hizo la reconstrucción sabe que en su interior aquel florero padece grietas irreparables. Recovecos donde la luz no alcanza a llegar que convierten a aquél en un camuflado jarrón. Ya no podrá alojar agua en su interior, ya no habrá aire para la flor. Y aunque vuelva a latir un amor, aquel corazón padece esporádicos dolores que no cesan. Algo se llevó la flor mas nadie arriesga la razón. Todavía siente ese vacío alojándose en cada cavidad, paseando por los rincónes pero nunca yéndose. Todavía duele. 

10.1.15

Guerra en mí.

¿Cuándo pasó? ¿En qué momento volvieron la existencia del ser tan complicada? Si en definitiva ¡Todos nos vamos a morir! Frase cliché, también podría decir que en definitiva a todos les suceden las mismas cosas.  Pretenden dividir al mundo en "los que sí" y "los que no", como si siempre se levantaran con ganas de ir al trabajo. Todo es una reproducción infinita de algo que ya sucedió, que ya sucedió,que ya sucedió, que ya sucederá, sucederá,su sed dirá.
Hay guerra en Francia, guerra en el Estado Islámico, guerra en Argentina, guerra en mi casa. Guerras internas, externas, híbridas guerras que nos chupan el ser, y pretenden que siga mi vida como si todo estuviera en orden. ¿Cómo pueden pretender que esté feliz si aunque no mire la tele me bombardean con información por todos lados? No porque no quiera enterarme de cómo están las cosas, si fuera así no compraría el diario, pero... Se me llenan los ojos de lágrimas. Hasta guerra en mi.