4.4.13

El otoño en abril.

Sentirse amarillo, tranquilo... Ser mástil, sube y baja, tobogán, bancos mojados, barro. Ser luz en otoño.
Mimetizarse así entre plumas de agua y clorofila gastada. Esas manchas marrones volando, desapareciendo entre tanta paz...
Cuatro vientos, en secreto, desnudan de hogaño la madera mojada.
Qué abril tan puntual... La hora se torna más que propicia para corresponder felicidad. 
Sea esa la causa de ciertas melancolías y tanto solitario pisando hojarasca. 
Encontrarnos a mil suspiros de distancia, y sabernos en silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario