No me mires asi, cobarde. No me veas al pasar. Seré solo una sombra, y el frío que paraliza hará de mi corazón coraza un cristal que vos rompiste en mil trocitos la semana que viene. Y tus ojos mirarán la alegría de haberte olvidado porque la semana pasada decidí no conocerte. Y ya no hay coherencia en mis tiempos verbales porque la nada tendría sentido.
Qué hermoso poder acompañar este día ventoso con tus textos. Qué lindo es leerte.
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