22.10.11

7 Lunes, mil abriles.

La meta es cada vez mas cercana. Es una carrera de aventuras. Minutos que se hacen horas, y ellas pasan en tan solo un instante cuando vuela esa  fantasía loca de la adolescencia. En mi caso, es así,plenamente. No hay momentos perdidos, nada creo en vano. Me encanta vivir cada uno de mis 7 Lunes como un día distinto. Le escapo a la rutina, y si siento que va  alcanzarme, no lo dudo ni un segundo, entro en aquel sitio que me queda de paso, y la pierdo de vista. Es ahí cuando vuelvo a empezar otro Lunes en mi papel de soñadora, y sigo adelante. En mi primer segunda casa, aprendo 11 asignaturas por abriles, y aunque parezca una cosa de locos, no me canso, no caigo en esa modorra que me pone trabas. Continúo escoltada por mis fieles socias que hacen leve aquel trayecto hacia la meta. Una de las tantas metas que me he puesto.
Mi nueva segunda casa, desde  hace ya 7 años, la que me acerca cada ocasión, inmensamente a mi amor favorito, es la que me dio las fuerzas para persistir en esta carrera hacia mi frenesí, la razón de mi existir, mi otra meta, la connatural. Y así paso mis días, unos con más o menos sueños, y si me acuesto tarde, no me importa porque la siesta me incita a seguir soñando aun más, con una bella demencia, acerca de cada una de mis ambiciones. Las puertas, cada una de ellas, abiertas a un nuevo capitulo deseoso de renovadas hazañas, por cada Lunes que pasa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario