18.1.12

La psicótica

Se veía como un verdadero living. Peinado con la raya al costado,la que poseía una inclinación única, y allí, caía perfecta una trenza cocida.
Hacía varios años no captaba la fabulosa sensación de un living ordenado, perfecto. Hasta podría decirles, ciegamente, que si buscaban, sería imposible encontrar tan solo un piojo.
Pero de apoco, ese hermoso escenario se había convertido en una verdadera  jungla. Allí vivían inmersos en nudos embarrados de penas, arañas, flores, corazones y tristezas. Nubes, lluvias  y arco iris. De lejos  podían verse las garrapatas.Miles y miles, viviendo en aquel espécimen que la pesadumbre increíblemente había originado... abominable, el living sufrió un grotesco cambio... como un cabello enmarañado, ¡Demasiado despeinado!
La muchacha se veía sumergida en un alucinante  mundo, vivía  una mentira... 
Al sofá, de un tono amarillento, que no era ni limón ni sol,  ella solo podía verlo posado sobre esos cabellos, los que  sentía  tan límpidos... ¡Tan frescos!, y rebosaba nuevamente en su entorno,el aire de perfección. 
 Naturalmente, a metros,se encontraba con  una inspiradora biblioteca.
-Qué afortunado el  que lograse ver el disfrute de leer alguna de esas locas realidades, escondidas entre aquellos compartimientos de roble macizo... -Pensaba.
 En su mente no cabía como posibilidad, que sus ojos reflejasen una utopía incierta.
 Pero tristemente, era su propia víctima, en aquella realidad inventada.

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