23.1.12

Sungutrule.

¡Ay! Reboso de  vigor. Ganas de reír, como en los momentos de máximo placer, me aclaman. Ganas de cantar una melodía que nunca nadie creó posada en la ventana.
¡Estoy tan feliz, tan alegre, tan optimista, satisfactoria, entusiasta, ardiente, vehemente, e impetuosa!
Estoy eufórica...
Intenté saborear mis dedos con esas cuerdas de hilo enchapadas, las que me dejan ser dueña de su  espíritu de tanto en tanto... pero no.
Traté, quizás por desconcierto, de leer ese libro que ahogó a mi rodete en una inmensa curiosidad... Tampoco.
El cello  esta vez no me  llamó. Ayer estuvimos hablando mucho. Debe haber quedado exhausto, no lo culpo, suelo ser un poco insufrible aveces.
Es hora de poner la mesa. Podría ser que me sacie esta sed una siesta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario