27.2.12

Durmamos un ratito.

Sueño, sueño mucho. Hasta mis pesadillas son un sueño. Vivo en varias realidades paralelas, bastantes para mi gusto.
Todas las noches normales leo un libro, causante total de mi surrealismo nocturno, antes de dormir. Después de apreciar por lo menos 4 capítulos, que se simplifican a uno y medio si estoy muy cansada,  observo el reloj anticipando al indeseado desvelo; indeseado por los interminables intentos fallidos de dormir 9 horas, y desvelo porque al fin y al cabo siempre duermo 360 minutos, y tengo distintas formas de percibir el despertador, por lo cual se amplían las maneras de levantarme que van surgiendo a partir de éstas. Lo bueno, por lo menos para mi, es el buen humor  mañanero infaltable con el que amanezco.  Buenas noches,
dulces sueños!

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